jueves, 17 de abril de 2008

“Cultura en Centroamérica: identidades, estado y nación”

“La constitución del Estado-nación en Centroamérica tenía en la base una serie de tareas. Una de estas consistía en dividir las fronteras de cada nuevo estado. Los límites eran muy imprecisos(...) Para esto (mejorar el funcionamiento de los estados) era necesario crear un conjunto de instituciones para elaborar las leyes de las naciones, ejercitarlas y administrar la justicia, convocar a elecciones, recolectar los impuestos, asegurar el orden público y defender el territorio de las amenazas externas”. Con estas reflexiones de la formación del Estado-nación en Centroamérica empezó la charla. El profesor Mata afirmaba que la construcción de la nación había tenido como base la tierra como un elemento generador de poder, de la riqueza y de la consolidación de los estados nacionales. Es por eso que el rol que ha jugado la disputa de tierras en la construcción de la nación es fundamental. En este proceso se ocultó el indígena y se le quitó todo poder.



Los indígenas sufrieron despojos de sus tierras desde la conquista, pasando por la persecución política. Paulatinamente se fraguó la instalación de un poder bajo la visión de la expropiación. Este proceso trastoca los elementos identitarios y da la pauta para un creciente aniquilamiento de la identidad y aborta todo proceso organizativo. El año de 1932 significó para El Salvador el cierre del pacto entorno al indígena. Todos los sectores del país tenemos construida una amnesia pactada: en ella no se le abre ningún espacio a la presencia del indígena en Centroamérica. El profesor Mata menciona que en los Acuerdos de paz no hay un planteamiento contundente sobre la cultura y mucho menos sobre los indígenas. Sin embargo, luego de 1992 comienzan a surgir una cantidad de iniciativas en torno al tema indígena.

Los indígenas han dejado un legado que anima a la sociedad a llevar un mejor tipo de vida. “A los funcionarios del Gobierno central y gobiernos municipales les queda abrir espacios y repensar de que manera está constituido nuestro Estado-nación; si realmente tiene cabida lo indígena, o solo son simples remembranzas para atraer el turismo o sentirnos orgullosos de ese rasgo identitario(...) Todos tenemos que repensar los elementos que constituyen la salvadoreñidad y cuál es la relación que se debe establecer en el concierto del desarrollo del país con la comunidad indígena y no seguir con la amnesia social pactada”. Con esta última reflexión finalizaba el profesor Mata.

Como salvadoreños que somos debemos terminar con la amnesia social pactada de la que habla el profesor Mata. Para ello debemos encontrar aquellos puntos que nos lleven a definir qué es la salvadoreñidad y cuál es la verdadera importancia del indígena. No se puede seguir tomando al indígena como atracción turística. Ellos merecen toda nuestra atención, respeto y reconocimiento porque son salvadoreños al igual que nosotros.


1 comentario:

P dijo...

Tienes mucha razón que de pronto se olvida que el indígena es un ser humano como nosotros y que hay que tratarlo como tal.